Una excelente alternativa a las macetas estacionarias voluminosas será una canasta de flores de piedra. Su encanto especial reside en un pequeño secreto, gracias al cual las macetas de piedra son relativamente ligeras y se pueden reubicar en cualquier lugar conveniente. La piedra natural con la que se ensambla la canasta puede agregar solidez al ambiente y convertirse en un acento espectacular.

La base de las ollas era una vieja canasta innecesaria. Sobre él, con la ayuda de un mortero de cemento, se plantará la piedra natural. Puede usar grava común, guijarros e incluso piedra triturada grande para esto. Por conveniencia, la canasta debe estar asegurada.

Habiendo preparado un poco de mortero, engrasamos una parte de la canasta con él y encima colocamos una piedra según el principio de un mosaico. Empezamos a trabajar desde abajo, intentando no manchar la cara de la piedra en el cemento.

En el curso del trabajo, giramos la canasta. Deje secar el cemento si es necesario.

Una vez que las paredes de la canasta están listas, procedemos a procesar el fondo. Instalamos las macetas para que baje el asa y cementamos el fondo.

Si lo desea, complementamos la jardinera con un forro y procedemos al revestimiento del mango.

Después de que la maceta esté completamente seca, inserte varias plantas en macetas en ella. Si es necesario, puede llenar la canasta de piedra con flores cortadas.

Más detalles sobre el progreso en el video: